terça-feira, 6 de novembro de 2012

EL DESPERTAR DE LA SEMILLA DIVINA EN EL SER HUMANO



Fachada da casa de Sri Vájera Yogui Dasa


Existe la costumbre religioso de pedir a Dios, a los Santos, a los Angeles, y a otras entidades espirituales, que nos purifiquen, librándonos de las malas tentaciones y de nuestros bajos pensamientos; en una palabra, que nos hagan puros, buenos y felices. Les pedimos que nos formen inteligentes, con una mente clara y lista para resolver los problemas o dificultades de la vida.

Les suplicamos que nos proporcionen bienes materiales, salud, fortuna y todo aquello que nos puede hacer dichosos. 
No pongo em duda que esos ruegos están bien, pero, hasta cierto punto nada más, porque por mucho que le pidamos al Señor, y a lãs invisibles potencias que nos purifiquen, ellas no nos van a santificar ni nos traerán los bienes apetecidos. 

Si por ejemplo, rogamos al Dios de la Tierra que nos infunda inteligência, tampoco nacerá ni un grado más de la que tenemos.
Si le pedimos fortuna, tampoco nos la va dar gratuitamente, es decir sin merecerla.
Cuenta um Instructor Espiritual, que un campesino ignorante y beato se sentaba al pie de um árbol que crecía frondoso en su propia hacienda, y ahí meditaba profundamente en Dios pidiéndole que sus campos se llenaran de espigas, que maduraran los granos llenos y aí tener una gran cosecha.

 Rogaba y rogaba largamente sin ejercitar los talentos y fuerzas de que disponía. Pasó el tiempo de lãs siembras y de lãs cosechas. El beato continuaba meditando al pie de su sagrado árbol. Los campos sin regar estaban secos sin que ni uma sola espiga se divisara em sus tierras, y el agricultor no obtuvo el anhelado fruto.

En cambio, había um vecino que tênia sus campos llenos de espigas de buen trigo. El agricultor del campo árido nunca lo vió hacer largas meditaciones ni pedir públicamente nada a Dios, en cambio se le observaba sembrando, arando, regando y atendiendo el mismo solícitamente sus tierras.

 Se había sacrificado, esforzándose en el rudo trabajo. La abundante cosecha le había costado estudios y continuados esfuerzos. No hay duda alguma, que el éxito fue obtenido por la propia actividad planeada con inteligencia. ¿Qué quieren decir con esto los Mestros? Ellos nos advierten que todos nosotros a medida que tomamos y desarrollamos energías, tenemos que utilizarlas a la para que hacemos nuestras prácticas y oraciones. 

Por clara y radiante que sea la luz del sol, no la vemos si nos hacemos el esfuerzo de abrir los ojos.

Nunca debemos olvidar que todos nosotros a medida que tomamos energía, tenemos que actuar a la par que hacemos nuestras prácticas y ruegos a los Santos y Angeles, utilizando nuestros poderes y actualizando cada vez más nuestras fuerzas.

Si anhelamos inteligencia, tenemos que adiestrar el cuerpo mental mediante el estudio. Si somos estudiantes y nos hemos estudiado durante todo el año, es inútil pedirle a los Maestros: ¡Maestro, que me pregunten los examinadores lo que sé, que por tu amor yo no salga mal!... 

De esta manera nada se aprende y la inteligencia no crece.

 El que quiere sabiduría tiene que observar, comparar y recordar. Creo que no hay nadie que nazca un buen artista, un gran pintor, un notable músico, ni cientista sin esfuerzo.

 Todas las artes y las ciencias hay que analizarlas con método. Es la única manera de que se desenvuelva la capacidad mental. 

Todas las cosas de la vidahan de ser adquiridas con trabajo, además actuando honrada, afable y noblemente, de esta manera se atraen buenas amistades y oportunidades de éxito, de lo contrario si se procede arteramente con el fin de despojar a otros, entonces los amigos de nobles almas se alejarán, pues quien actúa así se le teme y es rechazado por la mayoría de las personas cultas, perdiendo así incontables oportunidades de sincera ayuda.


Cada amigo verdadero que adquirimos, son dos ojos más que ganamos, es otra mente que poseemos. 

Ahora, si es un grupo grande como somos nosotros, si nos consideramos verdaderos camaradas, más aún, verdaderos hermanos, y nos queremos como si fuéramos una sola familia, se produciría un centro de ayuda inmensa y general. 

Por ejemplo el que sabe una buena noticia de un negocio o de un trabajo, lleno de gozo y sin egoísmo debería comunicarlo a los demás hermanos, para que ellos también participen de buenas y productivas actividades.
Tenemos que trabajar por adquirir útiles conocimientos. 

Debemos comenzar por adquirir buena salud. Si nuestra comida es añeja, deficiente, excesiva o indigesta y nos enfermanos, por mucho que roguemos a Dios que nos dé buena salud, no vendrá a librarnos de los malo que hamos comido.

 Si estamos enfermos es por culpa nuestra, no solo tenemos que pedir a Dios que nos devuelva la salud, sino que tenemos de inmediato que empezar por cuidarla. Si continuamos bebiendo toda classe de intoxicantes licores, y adquirimos uma cirrosis despedazando nuestros riñones, ulcerando nuestro estómago, en nuestro dolor clamamos a Dios que nos mejore, pero el Cósmico Poder actuará dejando que se cumplan las inmutables leyes de la vida. Todo puede darnos Dios, pero tenemos que seguir el método para adquirir lo que deseamos o quitar lo que nos estorba.

 Si nosotros queremos alcanzar un triunfo espiritual, tenemos antes que todo, que estudiar la ciencia del espíritu y del alma. El estudio y la práctica, no consiste en hacer a Dios solamente ruegos y peticiones.

Está bien implorar a los Ocultos Poderes, pero tenemos que hacer como ya lo hemos repetido varias veces: EL INDIVIDUAL ESFUERZO PARA CONSEGUIR LO QUE HEMOS SUPLICADO.
Cuando nosotros hacemos la práctica denominada Yapa, consistente en la repetición de sílabas de poder, junto con oraciones, si queremos que nos den resultado, tenemos además, que meditar profundamente, con método y a horas fijas el tiempo que el Instructor haya determinado. Con la sola repetición de los mantrams no se obtiene nada. Para tener éxito, se necesita primero, aprender a ritmificar la respiración conforme a las instrucciones dadas por el Maestro.

Los mantrams se dicen mentalmente, y a medida que se van pronunciando al mismo tiempo respiramos con alegría y tranquilidad, pensando que estamos comulgando con la fuerza de vida del Universo, o tomando contacto con la entidad o poder con el cual dice relación el significado del mantram.

Por ejemplo si el mantram se refiere a la vida universal nosotros al compas de su metro debemos respirar pensando con firmeza que nos estmos llenando de vida, de la del Sol, de la Luha, de las estrellas, de la vida del Cosmos infinito. 
Pensamos que estamos acumulando vida dentro de nosotros. Si hacemos pranayamas junto con los Yapas, con el objeto de tomar fuerza espiritual o Brahma Shakti, tenemos que pensar que en vez de aire estamos respirando o comulgando con el Espíritu Supremo.

¿Qué es lo que sucede con una semilla que sembramos en buena tierra? La semilla allí depositada toma del agua, del Sol, de la Tierra, los elementos necessarios para su crecimiento y total desarrollo. 

Toma la fuerza del Sol, que la calienta, adquiere la frescura del agua que le da los jugos necesarios, pero al mismo tiempo que recibe y absorbe los elementos para su crecimiento, saca dentro de sí misma, una tremenda fuerza para reventar la cáscara con su brote, empujar la tierra, y sacar sus brotes hacia afuera de la tierra y seguir creciendo hasta dar sus frutos. Así hermanos hay una fuerza que llega del exterior y que penetra al interior, al mismo tiempo hay otra energía que surge de lo profundo y se irradia hacía afuera. Hay dos fuerzas, la centrípeta y la centrífuga. 

Nosotros debemos practicar con ambas.

Para practicar con estas energías, debemos someternos a las sabias lecciones que sobre ellas nos indican los entendidos en la materia.
Nosotros sabemos que al respirar absorbemos múltiples cualidades nó solo por las fosas nasales, sino que también no ignoramos que tomamos vida por todos los poros del cuerpo.

 Es por eso que al practicar pranayamas nos imaginamos que las energías penetran por la cabeza, manos, dedos, es decir, por todo el cuerpo.
De esta manera se produce un riego de la semilla de nuestro ser, sembrada en el propio corazón. 

Al mismo tiempo y al compás y ritmo de la respiración pensamos que desde dentro de nosotros brota la fuerza que abrirá las envolturas del ser, las puertas del alma y despertará la luz divina. Así el constante discípulo se convertirá en un iniciado y portará la antorcha de la iluminación.

 Abrirá la luz del fondo de su ser irradiando el replandor de gloria, a medida que va pronunciando los mantrams en rítmica y feliz respiración. Esto constituye un esfuerzo físico como es respirar aire, oxígeno o Prana.


Todo está compuesto por diferentes grados de materia, la vida de la semilla es materia o substancia pura, su cáscara es también materia más densa. 

Los elementos externos tienen un poder y un efecto interno, que hacen que la semilla brote y germine. Es una energía que entra y sale. 
Es un ir y venir de diversas corrientes que actúan con nuestra respiración, y si ella va unida con el justo pensamiento, sobreviene el despertar del espíritu produciéndose entonces la unión del espíritu universal con el espíritu individual. ¿Y cómo se alcanza esta unión? Se logra trabajando firmemente, con constancia, en los ejercicios que le van a mejorar la salud activando la memoria, la sabiduría y la dicha.

No basta ocuparse un momento en la meditación o hacerla un día y otro no, ni tampoco basta con rezar un Mantram o una oración, es necessario como ya repetidas veces lo he dicho, de bido a la gran importancia que ello tiene, que tenemos que actuar firmemente a la vez que tomamos poder, debemos esforzarnos en actualizar la semilla de nuestro espíritu, para que dé sus óptimos frutos, en beneficio de todos los seres. 

Esforcémonos con todos nuestros sentidos y cualidades, para que no quede nuestro espíritu encajonado hasta la muerte como una semilla seca por falta de sol y de agua.


Nuestras meditaciones y nuestros ejercicios hay que hacerlos todos los días y así poco a poco veremos brotar la semilla interior del Yo.

 La flor del Loto al brotar con su Divina Luz nos infundirá la comprensión de que el árbol del alma ha dado sus frutos de sabriduría eterna.

Con la ayuda de los Ja, y firme voluntad, alcanzar el éxito en todas nuestras nobles aspiraciones, llevando el sello del poder y sabiduría radiante, del Sol oculto en la semilla del Ser.


Nota: 
Importantíssimo lembrar que, Sri Vájera escreveu seus artigos a quase 100 anos atrás.
Ele morava em Santiafo/ Chile, um país essencialmente Católico.
Sendo assim, para não sofrer rejeições, optou por sempre  mencionar inúmeras citações da Bíblia Cristã como exemplos de suas idéias.
Segundo seu entendimento, isso facilitaria a compreensão de seus leitores, já que a cultura oriental é bastante diferente da ususal.
Portanto, temos que elaborar nossa mente para um entendimento mais próximo do original, tendo sempre como ponto de partida, a aceitação de que Suddha Dharma NÃO é religião....e que esta Ciência está além do discernimento humano, porém como Ela é adaptável em Tempo, Lugar e Circunstância, Ela é moldável e expressiva em qualquer filosofia ou religião deste reino hominal.