terça-feira, 7 de janeiro de 2014

El Avatara Mitra Deva en la hamaca (*)

7 de janeiro de 2014 às 12:56


La pintura analizada esta realizada en la técnica de óleo sobre tela como soporte.
Fue realizada por Elmina Moissan durante 1937.
La obra retrata al niño Mitra Deva, una encarnación divina cuyo nacimiento está fechado el 16 de enero de 1919.

Una encarnación divina es conocida en la literatura esotérica hinduista como un Avatara, que significa etimológicamente el descenso.
En otras palabras es el descenso al denso mundo material de una porción del Poder Supremo, encarnando en un elevadísimo y puro ser que sirve de receptáculo a dicho poder para realizar una tarea específica, siempre en bien de la humanidad. Es la creencia de muchas religiones que esta encarnación o Avatara tiene su particular forma de gestarse, distinto de lo que ocurre con los seres humanos normales; tal enseñanza esotérica está señalada en un tratado conocido como Avatara Rahasya o El Secreto de las Encarnaciones Divinas.

En el caso de Mitra Deva, la Profecía se remonta según las escrituras Suddhas a 1.892, cuando en la Luna Llena de Vaishak (mayo), se ve la necesidad de que ocurra una encarnación, viendo el momento de guiar a la humanidad a un destino mejor en los tiempos que se avecinaban.
(También coincide con la creencia cristiana de la natividad de Jesús, quien nació de una matriz purísima y dotado de poderes sobrenaturales.)

Según la información publicada en India en 1923, se trata de una escena posterior a una ceremonia ocurrida en el Plenilunio de Mayo de 1919.
El niño, de carácter divino, que cuenta entonces sólo con cuatro meses de edad, está acompañado de su madre, pues a la fecha su padre ha fallecido.
Es el día en que se efectuaronen el niño las ceremonias de Karna Vedhana (perforación de las orejas) y de Annaprasana (ritual de alimentación), lo cual es relatado en un folleto conmemorativo cuatro años más tarde: “…y fue mecido hasta dormirse en una hamaca que se balanceaba entre dos enormes árboles” (Pág. 17, edición. española).

En una composición horizontal, se ve un claro en el bosque donde duerme el niño Mitra Deva.
A su cabecera se inclina su madre que está sentada, con un velo que le cubre la cabeza y parece mecer la hamaca.
Contra la profundidad oscura del bosque se destaca una multitud de Siddhas o seres superiores que adoran con sus manos juntas y gran devoción a la encarnación divina. La hamaca está engalanada de flores.
A la distancia se aprecian suaves colinas en un placido atardecer campestre.
El recuerdo a la adoración de los Reyes Magos del cristianismo escercano.

Como en todas las obras de E. Moissan, su coloración es suave, de muchos matices, y rica producción de grises.
Se aprecia cierto formalismo en la ejecución, lo que aumenta la contención y el equilibrio,resultando una producción más bien clásica.



(*) Con motivo del natalicio del Avatara Sri Bhagavan Mitra Deva y para todos los/as devotos/as que no tuvieron la oportunidad de leerlo, publicamos el análisis histórico y estético del cuadro llamado “El avatara Mitra Deva en la hamaca”. Originalmente publicado en el plenilunio de diciembre de 2009 en la Revista Shakti (medio trimestral al servicio de la Yoga Brahma Vidya del Mandalam) y escrito por el Emisario-Instuctor Alejandro Obregón, presentamos nuevamente este trabajo de la pintora Elmira Moisssan en 1937 para conmemorar el natalicio del avatara.