Por: Sri Vájera Yogui Dasa (Benjamin G. Valenzuela )
Jnana Dhata Suddhacharya do SDM
Jnana Dhata Suddhacharya do SDM
Depués que se ha ejecutado el Dhyana externo, se entra a la
segunda división de Dhyana, llamada práctica interna o contemplación interior.
Se practica este ejercicio espiritual imaginando dentro del
corazón al Espíritu Eterno como poseedor de todas las divinas cualidades. Al
decir Espíritu Eterno, quiero indicar aquella parte de nuestro Ser que es la
Conciencia Individual de nuestro Ser.
Debemos imaginar que el Espíritu Eterno en nosotros es una
luz mas radiante que el Sol, aposentada en lo mas sutil de nuestro corazón.
El Cristianismo ha simbolizado esto en la imagen del Corazón
de Jesús, donde el Maestro indica con el dedo índice la radiancia del espíritu
al interior del corazón. Esta imagen no es unamera imaginación, sino que
corresponde a una realidad.
Los Maestros enseñan que precisamente en el mismo sitio
donde está el corazón existe una glándula denominada Brahma-Pury; cuya
traducción es “Divina Glándula”.
En los escritos de los místicos cristianos podemos encontrar
esta misma verdad, ya sea en las epístolas de San Pablo, en las Confesiones de
San Agustín, en “Las Moradas” de Santa Teresa de Jesús o en la Llama de Amor
Viva de San Juan de la Cruz.
Podría nombrarse muchos otros videntes de la Verdad, pero
por ahora creo que basta con los nombres que he dado de estos Santos que forman
la corona de la Sabiduría de la Teología Mística Experimental Occidental.
Algunos indúes describen al Yo Superior o Espíritu Eterno
como del tamaño de un dedo pulgar, respandeciendo como millones de soles.
En los planos sutiles se pueden ver innumerables egos
desencarnados que no forman cuerpos y que se mantienen como llamas de velas que
transitan entre imponderables éteres, traspasando todas las cosas de los planos
inferiores.
Este Yo Superior que los indúes llaman Atman constituye el
Ente Eterno de nuestra personalidad, susceptible de una progresiva evolución en
esta tierra por medio de sucesivas encarnaciones, y que al terminar la ronda
evolutiva terrestre, conserva siempre la posibilidad de un más alto, glorioso y
eterno progreso.
Este Atman o Espíritu Individual, está sustancialmente unido
con el Espíritu Cósmico o Parabrahman. El Parabrahman es la raíz sin raíz,
constituyendo a su vez la raíz de nuestro Atman o Purusha. Quien se une
conscientemente al Atman alcanza según su grado de progreso, mayor o menor
visión y comprensión del Paramatman o Supremo Espíritu de Dios.
De allí provienen las palabras de muchos místicos que dicen
que “lo que buscaba fuera de mí, lo encontré dentro de mí mismo”… “Diosestá
denro de nosotros”… “Vosotros sois templos vivos de Dios”…etc. etc.
Los grandes iniciados sabiendo que es muy difícil que las
personas vulgares crean que a Dios se le encuentra dentro de ellos mismos, han
ideado rituales y sacramentos para inducirlos a alcanzar tan trascendente
verdad.
Esos mismos que dudan de encontrar a Dios dentro de sí
mismos, repiten como dogma de fé, que Dios está en todas partes, en el cielo,
en la tierra y en todo lugar, por esencia, presencia y potencia. Los Gurúes
(Instructores Indúes) afirman que Dios está por igual en el oro que en la
inmundicia, palpita en el corazón del bueno como en el malo, brilla en el angel
y en el demonio. El Espíritu de Dios que esla esencia de toda la creación sutil
y densa, todo lo compenetra por su propia sutilidad, siendo todos los mundos u
seres traspasados como si fueran de cristal. Aún el mismo Atman o Espíritu
Individual es traspasado y mantenido en vida eterna, por la gracia de esa
compenetración y unión sustancial. Quien comprende esta enseãnza, podrá
entender algunas frases de Jesús el Cristo, tales como: “Yo y el Padre somos
uno”… “el que me vé a mí, vé al Padre”… “Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida”…
En verdad el Espíritu Universal o Parabrahman es la
sustancia pura de Dios que está unida con nuestro Espíritu.
El individuo que alcanza a tomar contacto con el centro de
esa unión en lo mas sutil de su corazón, alcanza la visión suprema y comprende
la Vida Eterna de su propio espíritu y en el de todos los seres. El Espíritu de
Dios, aseguran los Maestros de Sabiduría, está enhebrado en todos los
espíritus, como las cuentas de un collar están unidas por un hilo. Este símbolo
es una débil idea de la compenetración espiritual de Dios, pues el Parabrahman
no compenetra en una sola parte y en un solo sentido. La compenetración es más
intensa que los rayos de sol compenetrando una bola de cristal. Pero el ejemplo
del collar nos hace pensar en la unión de las cuentas por su centro, y ese
centro, donde se percibe a Dios en el hombre, está en lo mas profundo y sutil
del corazón. Así como la savia de un árbol le da la vida, sabor, olor y otras
cualidades a todos los frutos que el mismo mantiene, así cada uno de nosotros
somos un fruto del árbol del universo.
En la India hay un árbol llamado Banyano el cual tiene un
tronco padre del cual brotan ramas quedescendiendo a la tierra, forman nuevos
troncos y nuevos árboles, manteniéndose unidos por una misma vida. Un solo
arbol Banyano puede cubrir varias cuadras y formar un bosque con sus unidos
retoños.
Así el árbol universal da su savia a los frutos humanos
manifestándose por doquiera el Espíritu de Dios, manteniendo así la existencia
de todos los seres.
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NIRGUNA DHYANA:
“meditação sem qualidades” (da matéria).
Esta segunda forma de meditação é dirigida para o interior, para o “profundo” do espírito no coração. Medita-se no “Átman”, mais conhecido com o nome de Espírito Pessoal, o Filho de Deus, pois o nosso Espírito é uma partícula divina do Supremo Ser.
“meditação sem qualidades” (da matéria).
Esta segunda forma de meditação é dirigida para o interior, para o “profundo” do espírito no coração. Medita-se no “Átman”, mais conhecido com o nome de Espírito Pessoal, o Filho de Deus, pois o nosso Espírito é uma partícula divina do Supremo Ser.
Enquanto vivemos nesta terra, somos materialmente filhos do
homem, devido à concepção física efetuada por nossos pais; sendo também filhos
de Deus, pois o nosso Espírito surgiu da Divindade.
Não é lógico afirmar que o homem físico é criado e à imagem e semelhança de Deus, porque o Ser infinito não teve princípio nem jamais terá fim, é Eterno, Imutável, Puro e Onipotente. Nossa manifestação física não possui qualquer semelhança com o Supremo Deus; nosso corpo material nasce, sofre, adoece, envelhece e morre; ao contrário, o Ego Espiritual existente em todo ser humano no akasha, ou éter do coração, é sim semelhante ao Excelso, Transcendente e Infinito Poder Consciente do Universo.
Não é lógico afirmar que o homem físico é criado e à imagem e semelhança de Deus, porque o Ser infinito não teve princípio nem jamais terá fim, é Eterno, Imutável, Puro e Onipotente. Nossa manifestação física não possui qualquer semelhança com o Supremo Deus; nosso corpo material nasce, sofre, adoece, envelhece e morre; ao contrário, o Ego Espiritual existente em todo ser humano no akasha, ou éter do coração, é sim semelhante ao Excelso, Transcendente e Infinito Poder Consciente do Universo.
Nosso Átman (Espírito) não teve princípio e jamais terá fim:
“Amrto Ham, Ajaró Ham” ; não sofre, não envelhece, não morre, possuindo, em
essência, todos os divinos poderes em sua prístina pureza, livre das três
qualidades materiais, as gunas.
Este Átman, o Espírito interno individual, é o objetivo do
Nirguna Dhyana, contemplação, efetuado, repousando, com alegria, o pensamento
na Luz radiante de Glória do Espírito no coração. Esta Luz interna é
representada em muitos quadros representando o coração de Jesus, Maria e de
grandes santos ou mestres que atualizaram seu Espírito Radiante; essas pinturas
ou imagens com o coração pleno de luz não é fantasia artística, é uma realidade
espiritual.