Sri Janardana
El último versículo del Avatara- Dharma, capítulo III del
Gita, nos señala: “Aquel que así ofrendándome todo, conoce Mi divina
manifestación y funcionamiento en los “Tatwas” (principios elementales), no
permanece más sujeto al renacimiento y llega hasta Mi Oh Aryuna”.
• Los principios materiales (24 en total) son los bien
conocidos cinco elementos primarios:
1) Tierra
2) Agua
3) Fuego
4) Aire y
5) Éter
• Con sus respectivas cualidades que son:
1) Tacto
2) Sabor
3) Visión
4) Olfato y
5) Audición
• Los cinco medios o instrumentos de la acción:
1) Manos
2) Pies
3) Ano
4) Genitales y
5) Dicción
• Los cinco medios o instrumentos del conocimiento:
1) Piel
2) Lengua
3) Ojos
4) Nariz y
5) Oídos
La Mente Emocional;
el Intelecto; el Ego o Personalidad y
la materia Indiferenciada o Causal, que es el campo del
Yoga.
Para aquellos interesados en conocer el misterio del
nacimiento y su razón de ser, el secreto sólo podrá revelárselo un conocimiento
de esto 24 principios y de su diverso origen de funcionamiento. De esta misma
manera se debe averiguar el nacimiento de los Avataras Purushas y Sus
funciones.
Con respecto al modo del nacimiento divino, el Señor dice:
Siendo Yo de perpetua trascendencia, de infinita inteligencia y director de la
creación animada e inanimada, me manifiesto mediante Mi propia Shakti”
El Señor declara que Él nace con una forma y presencia para
que todos lo puedan ver. Este acto de nacer generalmente ocurre del mismo modo
como suceden los nacimientos comunes que nosotros ya conocemos.
Con respecto al vehículo o forma que Ellos han de ocupar, estos están constituidos de una materia finísima, dotada de gran poder, de insuperable primor y auspiciosidad. Se asegura que las partículas de materia vehicular que forman sus cuerpos son seleccionadas de entre las partículas que constituyen alguno de los siete rayos cósmicos primarios (Sapta-Rekhas).
El Ishwara (Bhagavan Narayana) que reúne la materia
particular para asumir una forma – trasciende el tiempo y las limitaciones del
espacio; trascendiendo las condiciones tricualitativas; es la inteligencia
infinita y es el Señor de todas las condiciones manifestadas e inmanifestadas.
La evolución mundial en su conjunto está sometida a las
fuerzas materialistas, que son de naturaleza dual, llamadas “Deva-Bhava” o
“Asura-Bhava”. A este respecto dice el Gita: “…también deben saber que los
seres, ya sea con cualidades divinas o materialistas se originan en Mí”. Se
puede decir que estas cualidades son esencialmente del tipo acción-reacción, o
sea, de causa y consecuencia.
“Deiva” lleva a la liberación, mientras que “Asura” retarda
la evolución humana y le crea servidumbre. Esto lo expresa el Gita diciendo:
"La herencia de los virtuosos los impele hacia la liberación, mientras que
la naturaleza de los viciosos les conduce a la esclavitud”. Estas dos fuerzas
permanecen en estado de guerra; pero mientras haya un ajuste mutuo entre ambas
y exista siquiera un equilibrio aparente, sin una paralización visible del plan
evolutivo ordenado, lo del Avatara permanecerá sólo como una doctrina. En
cambio, cuando las fuerzas del mal, “Asúricas”, adquieren preponderancia sobre
las otras, este mismo acto de predominio suyo contribuye a crear un poder más
potente que ellas para ponerles freno y corregir la inclinación de la balanza.
para reaccionar contra las consecuencias creadas por las
fuerzas Asúricas adversas. Cuando ocurre este suceso tenemos entre nosotros un
Advenimiento Divino. Los Yoguis, que están en eterna comunión con el Ishwara en
Su condición de Ser eternamente inmanifestado, saben comprender con toda
exactitud esta circunstancia, pueden predecir el suceso y se preparan para
recibir al Señor en Su cuerpo humano.
Este cuerpo del Avatara es comparable a una aglomeración de
vapor de agua en el cielo, el cual forma una nube que desaparece inmediatamente
después que la causa haya sido corregida.
El esplendor y magnificencia que adornan al Niño Divino aún
mientras permanece en el vientre de su madre es un hecho real, semejante cosa
no ocurre jamás con los nacimientos comunes. El nacimiento del actual Avatara
Bhagavan Mitra Deva tiene un significado similar.
El resultado que emana de la gran resolución de Brahm es
triple:
1. La proyección del factor material, el Cosmos (Prakriti)
2. El Poder que actúa en el (Dharma o Shakti) y controlando
a estos dos
3. El Ishwara (Atma).
Este carácter trinitario de lo que constituye el renombrado
“AUM” – aspecto manifestado de Brahm – se diferencia de “OM” que es su aspecto
eterno o inmanifestado. Bhagavan Narayana, conocido también como Kumara y
Dakshinamurty en atención de Sus demás funciones, es el Ishwara de este mundo y
gobierna todo el cosmos. En Sus funciones es asistido por la Jerarquía creada
por El mismo y la reorganiza al comienzo de cada período evolutivo o “Yuga”. La
Jerarquía actual fue constituida hace ya más de 12.000 años, o sea, unos mil
años después de Su gran advenimiento como Sri krishna.
Para el desempeño de
esta labor administrativa, el Señor inspira a seres poseedores de gran alma y
crea Mahatmas y otras eminencias de grandeza espiritual.
Ordena también a la
Jerarquía que vaya al mundo a inculcar los principios del verdadero Dharma, es
decir, la ley eterna. El mismo suele aparecer en períodos muy críticos de la
historia mundial.
Los diversos Avataras mayores, mencionados en las
Escrituras, se refieren a Él únicamente. Es tan admirable y preciso el
asombroso orden de gobierno interno, que resulta difícil comprender todo su
significado y alcance si se carece de apoyo en el Yoga verdadero.
La naturaleza del funcionamiento por el Ishwara en relación
con su nacimiento divino es de tal importancia que Él mismo no sólo determina
el medio, manera y naturaleza del nacimiento en cuestión, sino que el
acontecimiento obedece a un determinado plan que es preciso inaugurar para
proteger la evolución del mundo, plan que es el más adecuado a ese período de
su historia. Entonces, se inculcan sus principios de gran espiritualidad a los
Yoguis y a otros seres que normalmente son los custodios del bienestar de la
humanidad.
El conocimiento de tan divino nacimiento basta por sí mismo
para liberar al hombre de los peligros propios de la vida y lograr también su
salvación. La función del Avatara la revela el Señor cuando dice: “Yo como
Avatara estoy siempre empeñado de la manifestación”